domingo, enero 23, 2011

¿QUIÉN ES CRISTO PARA TI?

El Señor Jesuscristo en su ministerio en la tierra en compañia con sus discípulos, les hace una pregunta que parece ser simple hoy para nosotros y creo incluso para su seguidores; pero no es así, esta pregunta es muy signifiativa para todo creyente. Jesús los lleva a un lugar alejado, lejos de la ciudad santa y del templo, donde le medio ambiente de la vieja religión judía llenaba el pensamiento de todo hombre sin dejar lugar para Cristo, el nuevo Rey. El lugar podríamos imaginarlo como un habitad impresionante, donde fluía el agua como liras de cristal, fructíferos campos y sembríos verdes. Imaginemos hermosos templos y monumentos dedicados a la adoración de dioses griegos,
Un gigantesco templo de mármol blanco al césar se eleva imponente. Creo que estando ahí en ese escenario tan increíble, en medio de tantos monumentos, edificios, santuarios y templos construidos a los dioses, Jesús les pregunta a un puñado de hombres más bien callados, —sabiendo que no hay ningún monumento levantado a su honor, y ningún edificio levantado a su gloria—: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?” (Mateo 16:13).  Bien, Jesús está preguntándoles, la gente qué dice de mí, quién creen que soy. Creo que hubo un silencio por un momento en el lugar, dudas y miradas entre ellos, de pronto aparecen respuestas que los discípulos la dicen de manera espontánea: alguien contesta: "Unos dicen que eres Juan el Bautista", por ahí otro le contesta: "Dicen que eres Elías, el profeta" y una voz de entre ellos dice: "otros dicen que eres el profeta Jeremías o uno de los profetas" . Es muy importante señalar que para ese momento, el profeta Juan el Bautista, ya había muerto, sí, como vemos en el capítulo 14 de Mateo, Herodes dio la orden de que lo mataran por complacer a una mujer, el rumor de la gente, era creciente en que Juan el Bautista, había resucitado y era por eso que Jesús tenía esos poderes, el mismo Herodes así lo creía. Las respuestas que se enuncian son en verdad solo palabrerías o fábulas populares, creencias místicas que perturban la verdad y se alejan de ella, opiniones sin sentido que nacen del pueblo, comentarios sin fundamento, pero las respuestas nos dan una dirección en cuanto a Jesús, lo ven, lo comparan como lo que es, Él es un hombre. Sin la revelación celestial, lo único que la gente puede comprender es que Cristo es el mayor de los profetas.
Luego de estas respuestas inconstantes de lo que el pueblo decía del Maestro, Jesús se vuelca a los discípulos y les pregunta de una manera directa y sin rodeos "Y vosotros ¿Quién decis que yo soy?, opinen, que dicen ustedes de mí?.  
Igual puedo imaginar esa escena, un silencio de duda, de temor a equivocarse, de desconocimiento, de inseguridad; los discípulos mirándose, y luego Pedro, sí, el rudo Pedro habla, el que era violento, el torpe de palabra, y dice TU ERES EL CRISTO, EL HIJO DEL DIOS VIVIENTE. Gloria a Dios, Pedro lo hiciste, esta vez era la mejor, Pedro hablando por sus condiscípulos, dice una respuesta, no, no,  digo con mayor propiedad, dice la respuesta, que momento para Pedro, el momento más grande. En contraste con la religión muerta Cristo es el Dios Viviente.
Esta es una respuesta específica en cuanto al Mesías, el Hijo del Dios viviente.
Le invito en este momento a seguir imaginándose en esta escena, ahora Cristo Jesús, retira su mirada de Pedro y sus discípulos, y fija sus ojos en usted. Y le hace una pregunta: ¿Quién soy yo para tí?
Esta pregunta no la puedes evadir, no te puedes desviar; tú, creyente, cristiano, siervo del Señor, es la mejor  y mayor pregunta que usted debe contestar. "¿Quién es Jesucristo para usted?", hermano, su respuesta debe ser: "El Hijo del Dios viviente, mi Salvador y mi Dios" 
Amado hermano, solo Cristo Jesús te puede dar perdón, solo Cristo  estará contigo en todo momento, sol Él puede convertir el sufrimiento en gozo, no hay nadie más que pueda convertir su amargura en alivio y su aflicción en alegría. No hay nadie más a quien usted pueda confiarle su secreto más hondo y más escandaloso, sino sólo Jesús. Sólo Él puede aliviar el ultraje. Sólo Él puede borrar la amargura y las cicatrices. Entonces hermano y amigo, vuelvete a Cristo, encuentra en Él la paz, la verdadera paz que únicamente Jesús te puede brindar.
Cuando tienes la respuesta a la pregunta que Jesús te hace, debes sentirte protegido y confiado. Nadie más que Jesús puede cambiar todo, abre tu corazón al Salvador, Cristo Jesús.